Los Reflejos del Amor

capitulo 2 ¿otra vez?

Me despierto sobresaltada y empapada de sudor. Quito las sabanas que tenia en encima y voy al baño. Me despojo del pijama y me echo agua en la cara para despojar el sueño.

Anoche después de lo que vi y mi ‘’discreta’’ acechanza, llegué a casa como una loca. Con los ojos llenos de lágrimas, con las piernas cansadas de correr y con el brazo derecho raspado. Sobe mi muñeca un raspón feo tenia allí, rojo e inflamado, dolía muchísimo. Después de media hora estaba lista para ir a la escuela y enfrentarme a la vida.

  • Papa…

 

  • Está bien amor, son cosas que pasan. -lo abraso y le doy un beso.

 

  • También te quiero papa.

 

  • Vaya, andan muy amorosos hoy y me dejan de lado. -mama apareció en el umbral de la cocina y se acercó a nosotros.

 

 

  • Buenos días cariño -me revuelve el cabello.

 

  • Buenos días mama. -respondo dándole un beso.

 

 

  • ¿Viste? Hubo un asesinato anoche. -mi padre comenta viendo el periódico, un nudo se forma en mi estómago y trato de ignorar la conversación. Media hora después ya estaba frente al colegio.

La mayoría de los estudiantes estaban afuera en grupos, contando todo lo que hicieron en su fin de semana. Lunes, el día mas cargado y pesado de la semana y del año. Todo se deja para el lunes, citas médicas, tareas, exposiciones, las cosas más importantes o pesadas, todo para un lunes.

Una cabellera castaña pasa por mi lado y la agarro por las muñecas.

— Vale, lo siento. Reaccione como una estúpida y estuvo mal.

Valeri, mi mejor amiga de casi toda la vida sonrió. Paso sus brazos por mis hombros y me acerco a ella, dándome un abrazo de osos. Ella era unos cinco centímetros mas alta que yo, con ojos cafés claros y cabello por el mentón. Una chica linda e inteligente, y mala con los deportes en general. En cambio, yo era un poco baja, no una enana, pero mi tamaño era decente. Mi cabello lo tenia del mismo corte que mi amiga: por los hombros y teñidos de plateados. Mis ojos eran de color canela claros y nariz un poco bola, se, mi nariz a veces la cagaba. Y bueno, yo si amaba el deporte.

 

  • También te extrañe, te tengo que contar un chisme.

 

  • Dime por favor que no es de Cristiane rompiendo con Robert.

 

 

  • Es algo mucho mejor. -alzo una ceja, busco mi casillero y saco lo que tenia que sacar, ella hace lo mismo. Su casillero esta al lado del mío.

 

  • Lo encontraron en pleno acto pecaminoso en la iglesia.

 

— ¡OMG!

 

— Y eso no es todo. -dijo con aire misterioso- la policía de los llevo preso.

Estalle en carcajadas en medio del pasillo y las lagrimas no se hicieron de esperarse. En ese instante la campana sonó y tuvimos que entrar a la tortura. ¿Ya les dije que el lunes el día que más pesado? Pues mi lunes comenzó con dos horas de matemáticas.

***

El timbré sonó y salte de revote de la silla. Valeri me siguió. Estaba nerviosa del hambre y moría de sueño. Además de estar presintiendo algo, pero nada bueno.

— ¿Qué vas a querer?

 

— Un sándwich y un jugo. -ella se va a comprar y yo, pues me quedo sentada. Es por turno, un día ella hace la fila para comprar y otro día yo. Al menos que estén todos lo del grupo de amistad y los chicos se quieran hacer los galanes o quieran tener un favor de nosotras.

A lo lejos veo como tres chicos que entran a la cafetería y se dirigen dónde me encontraba.

— ¿Qué sucede ahora? -James, un rubio con ojos cafés resoplo y se sentó de golpe en la silla que tenía al frente. En cambio, Miguel se sentó tranquilamente en el asiento al lado de mí sus ojos marrones me miraron interrogantes, le iba a decir lo que me había pasado en la noche, pero Alexander grito frustrado.

 

— ¡No pude ser! ¡No puede ser ¡-los miro interrogantes y Miguel responde.

 

— Perdió una apuesta, ahora tiene que vestirse de mujer o ir a un bar gay. -estallo en carcajadas.

 

— Te verás muy sexy con esas piernas llenas de bellos.

 

— Cállate. -me lanzo un pedazo de papel y me lo pego en la cara. Le lanzo una mirada mal y en dos segundos lo tengo retorciéndose en el asiento, los demás se ríen.

 

— ¡Ya! ¡Ya! -se queja

 

— No molestes con mi cara estúpido, que sea la ultima vez que me lanzas algo. -le suelto la oreja al ver a mi amiga venir con la comida. Este se soba la oreja que le di su apretón y me saca la lengua.

— Infantil.

— Idiota.

— Estúpido.

— Gorda.

— Cerdo.

— Ya empezaron. -Valeri me entrega mi desayuno- ahora se calman.



Отредактировано: 19.08.2018